si hablamos de matar, nos matamos.
¿qué de ilógico pueda sonar eso si todos sabemos que es el camino que indefectiblemente corresponde llegarle a lo que está vivo?
si hablamos de nacer, nos nacimos.
¿qué de misterioso pueda sonar eso si pocos sabemos que a este mundo sólo se llega antes del último orgasmo y después del primer beso?
si hablamos de vivir, nos vivimos.
¿qué de maravilloso puede sonar eso si nadie sabe lo que estando solos nos dijimos y lo que estando a oscuras nos hicimos?
Fotografía: Tamara Lichtenstein
escribo porque no tengo para el psicólogo.