En mi cuerpo recae el silencio, solo el silencio y nada más
por mis mejillas caen dos lágrimas, dos lagrimas y nada más ya no siento el llorar me fundo en mi dolor, dolor y nada más
y tu nombre se incrustó en mi cuerpo
y cada sílaba es como un nudo en la garganta, como un grito adolorido y los recuerdos de las medias lunas como yo se van marchitando
camino el sendero de aquella última tarde con las yemas de mis dedos
recuerdo el crepúsculo hastío, de aquella última noche donde toque tu boca con mis dedos
he de confesarlo cada alba me levanto soñando con tus besos
porque cada tarde llega todo, lo que ya no quiero
y tu sin buscarte, me encontraste, cuando menos quería, pero a tiempo y nada más fueron tus brazos y nada más aquel encuentro y nada más aquellos besos y nada mas sentir tu aliento
te busco aquí y ya no te encuentro, no se si buscarte quiero
no se si buscarte, vivo en mi desazón de hallarte de recordar esos nimios detalles que para mi son arte
te busco en cada tarde y cada vez que el sol muere
lloro y me ahogo, porque tus manos ya no han de tocar las mías y tus ojos ya no han de mirar los míos yo nada mas pido que te quedes, un poco nada mas unos últimos millones de besos nada más que media vida vernos y nada más.
Fotografía por Magnus Jorgensen
Me gusta sentir las palabras, bohemia y nostálgica hasta los huesos, empedernida, melómana, con adicción a los libros, me gusta viajar, el cine y la fotografía, curiosa por naturaleza.