A ti te falto decirme adiós.
Te falto pedir perdón.
Te hizo falta rezarle más a Dios.
Te robaste mis somníferos,
ladrón que roba a ladrón…
Apágate la luz
prende el petardo
renueva mi alma con tu cruz.
Qué bonita es la curva cóncava de tu cintura
que dulce el sabor de tu saliva
déjame sacar mi blanca bandera
déjame colgarme de la cuerda de tu hermosura.
Que mal ego
que buena amistad es la de lo ajeno
sácate la caja vamos a enterrarla vacía
es luna llena, mira.
Revierte la cruz
que pena tan ajena
la concepción de tus rodillas
tan dobladas, tan partidas.
Ven, te besare en luna llena.
Vamos a llenar la caja vacía.
Nosotros seremos testigos ante los ojos de la paradoja más sencilla. Mi cuerpo solo será evidencia de lo quemados que estaban mis labios, mi nariz y mis mejillas.
En la hoguera de la guerra jamás perdida quemen mis manos, a mi cabeza échenle cal y mi lengua consérvenla en mezcal.
Moleré tu pecho coral
para entumecer mi fosa nasal.
Fotografía: Jérôme K
El Distrito Federal. Veintiun años. El diablo. Tu castigo. Mi creacion. El monstuo de mil cabezas.