Sugirió de repente.
Hubo una silencio entre cortado en la respuesta.
Le perturbaba la idea de amanecer con una mujer. Sin embargo, no fué capaz de decirle que no cuando le habló con tanta honestidad. Se vio a sí mismo, un par de años atrás buscando desesperadamente un lugar donde pasar la noche. En invierno, la idea de quedarse solo en ese basement se tornaba completamente insoportable. Cualquier lugar, incluso una estación de tren, parecía ser un espacio mucho más seguro que su propio encierro. Asfixiado por su pensamiento y por las voces de esa casa, parecía estar dispuesto a todo para poder, simplemente, pasar una noche lejos de sí mismo. Escapar un rato, convertirse en un cuerpo anónimo e imaginarse viviendo la vida de alguien que no fuera él fue la única manera que encontró para conciliar el sueño en aquel entonces.
- Sí te sientes cómoda, tienes el derecho de quedarte.
Le respondió.
Dudaba de la respuesta,
pero no fue capaz de decirle que no.
De ninguna manera.
Era su yo del pasado pidiendo ayuda.
Se manifestaba en esa pregunta.
Y después de todo
la forma que cobraba,
era joven.
Y hermosa.
Fotografía por Patricio Maldonado
Escritora y fotógrafa colombiana.