“Me esforcé” es lo ultimo que te escuché decir, como si yo estuviera mendigando tu amor, como si dar cariño fue algo tan difícil para ti, como si simplemente estuvieras forzando al amor.
Pero, sabes qué? es mi culpa por supuesto que sí lo es, me conformé con tan poco como si yo estuviera pagando algo que hice en el pasado, como si solo las sobras me alimentaran. Las sobras que dejaste en aquella relación pasada. Me acuerdo que me decías que tenías muy poco para ofrecer y yo toda ilusa pensando que ese hecho cambiaría. Pero, no, Gianella, las personas no cambian o, bueno, yo no puedo cambiar a nadie.
Yo lo que podía hacer era retirarme de ahí y saber que no necesito conformarme, no necesito expectativas, no necesito de nadie. Creo que me merezco más, creo que nunca he dañado a nadie (ni física, ni emocionalmente) como para quedarme con las sobras, creo que merezco algo lindo y creo que me espera algo lindo. Es solo que contigo no era, no es y no será. Es solo que nuestras almas no están hechas el uno para el otro.
Yo ya me rendí, ya no doy para más. A diferencia tuya, yo aposté por ambos, te ayudé, te quise levantar, di más de lo que creí haber dado por mi (he ahí mi gravísimo error), te quise. Te quise mucho, muchísimo, lo juro. Trate de darte el amor que te faltó, traté de hacer que esto funcione porque creía en ambos, trate de no dañarte y tratarte con mucha delicadeza. Porque eras lo que me inspirabas, era lo que yo sentía que verdaderamente merecías (a pesar de que tu no te lo creas). Intenté sacarte de ese hoyo que te absorbe, me propuse repararte, quise hacer que tengamos el recuerdo más bonito de las relaciones. Definitivamente, admito que he tenido muchos defectos y que a veces afloraban; fallé muchas veces y tuve errores contigo, con nosotros. Solo sé que te di algo verdadero, algo que era real y no solo palabras.
¿Ves? Yo sí me esforcé.
Fotografía por Amanda Aura
Escribo mal.
Escribo acá solo para dejar de aburrirme de la monotonía de vivir.