Una habitación.
Seres por doquier.
Te visualicé.
Y te abracé, te abracé como nunca antes abracé a alguien.
Me fundí en tu pecho.
Tu cuello besé.
Y me llevaste a otro lado.
No nos besamos aunque ambos queríamos.
Tantos años sin vernos.
Que fue algo inevitable el sentir aquello.
Me decías cosas sublimes, no escuchaba bien.
Pero sabía que eran verdades.
Desperté.
No eres mío, ya no.
En otra vida… capaz.
Fotografía: Luciana Giachino