Comenzaré expresando que me es muy difícil superar y olvidar. Cuando dije que a mi me resultaba más difícil, era verdad. Porque tu ya habías pasado por ese duelo y al parecer no entendiste la lección, cometiste una vez más el mismo error ¿por qué? Si tengo la respuesta y es justamente la misma respuesta que recorre mi mente por la cual quise huir de dicha situación. Te preguntarás por qué sigo hablando de lo mismo. Pues verás; no puedo convivir con mi mente por más de tres horas ya que divido en tres sentimientos, falibles, intensos, completamente llenos de exactitud y lágrimas. Qué fácil es ser tú, qué fácil es engañar a tu mente y culpar a los demás de tus demonios. Antes me dedicaba a desearte prosperidad en cualquier ámbito pero ahora me lo deseo a mí porque soy la que sufre esto, la que carga con el dolor, la tristeza, los pensamientos negativos. Sólo espero despertar sin que te aparezcas en mi mente, que mi teclado tampoco recuerde tu nombre. Que fácil es juzgar cuando no se vive en carne propia.
Que fácil es convertirte en un objeto para cumplir necesidades de alguien que precisamente usa, usa a su conveniencia por tiempo indefinido, de ahí:el objeto de deseo nunca cumple su cometido. Pero entonces no fui yo, es tu vacío. Lo que escarbas, tomas y dejas hueco. Tus exigencias para cumplir tus deseos y necesidades sin pensar en que podrían sentir los demás, volviéndose algo inanimado, desempeñando una función para tu satisfacción inmediata. Antes creía que podrías cambiar pero sinceramente no eres capaz de tal acto. Porque te ha funcionado vivir así, porque habemos personas que no nos cuesta nada ceder de repente, hasta que se vuelve suficiente y de ahí que todo es temporal en tu vida.
Léete, léeme;me abrazo un día más por ser juzgada por tus amigos, porque yo sé perfecto que dicen y que hacen a tus espaldas. Pero también sé que mi razón se vuelve palpable al culparme a mí de las actitudes ajenas. Porque la zorra, la puta, la que no valía la pena era yo, según tú. Porque mi intención principal era que te dieras cuenta, que somos seres humanos, herimos, fallamos pero podemos cambiarlo, la pena no es perpetua. Más de una persona se burló de mí, más de una se burló contigo de mí. Tu ya estás en otro tiempo, volviendo a ser encantador para conseguir en este presente inmediato lo que con urgencia deseas.
Fotografía por Richard P J Lambert
Creo que tengo el síndrome de Peter Pan