Qué trágico debe ser para ti, salir con alguien porque no puedes estar con quien te ilumina.
Cuán solo debe ser estar con esa persona mientras quisieras estar a solas con quien besaba tus ojos y acariciaba tu mente.
Recorría tu espalda y escuchabas recitar palabras que te encendían.
En las terminaciones más sensibles de tus manos sentías temblar sus muslos cuando los tocabas.
Había un silencio que reconfortaba tu alma cuando se besaban.
Quién diría que la soledad no es tu camino, pero la ves recorrer el horizonte por sí misma.
Vas y vienes, corres y te diviertes, dos o tres cinturas, las necesarias.
Cuanto más camina, te acercas a otra persona porque no puedes estar con quien te ilumina.
Fotografía por Anna Paola Guerra

Las palabras me visitan a todas horas del día y yo las invito a pasar.