¿Puedes seguir pensando en alguien que has dejado de amar?
¿Recuerdas la sensación de rozar un cerillo contra la caja?
¿Cuantas cervezas serán suficientes para arrancarme los dedos y dejar de escribirte a media noche?
¿Y si me dejo de hartas tontadas y me acerco para que vuelvas a ignorarme?
¿O me quedo con el título de ser quien siempre negarás y evadirás?
¿Me regresarías de vuelta al menos tus ojos rasgados?
Que así lucen después de sonreír.
Fotografía: Mira Heo