…y mi corazón espera que mañana ya no llueva y yo te vuelva a ver…
23 de mayo de 2017
Desperté de ese sueño profundo, de aquél que despiertas y no sabes dónde te encuentras. Al abrir los ojos vi el techo, no era aquel techo al que estaba acostumbrada, no sentí ese calor por la mañana. Sentí un poco de frío y de repente me di cuenta a cuántos kilómetros estaba. Tan lejos. Sentí una presión en el pecho. Una ansiedad de la lejanía. Lo único que pude hacer fue llorar. Llorar por lo lejos que me encontraba y saber que cada día que despertara sería otra dinámica, habría otro color, otros olores, otros sabores, volvería a nadar en la alberca, vería las mismas caras pero yo, yo ya no era igual, no podría serlo, no después de esto.
Sigo despertando con la esperanza de estar rodeada de ese calor y ver el amanecer en la playa, escuchar las olas del mar, sentir el viento en la cara, oler la mañana y saber que por la noche iría a ver el atardecer junto a las conchitas bañadas por el agua de mar. Me hace mucha falta. Mi corazón espera que yo te vuelva a ver…
Fotografía: Aëla Labbé
Diseñadora gráfica, nadadora y algunas cosas más que se leen entre líneas.