La fiereza de mi olvido
cuida de no ensuciarse con tu boca,
con los besos que diste,
y la sonrisa ingenua que esconde maldad.
Porque tendría que volver a verte
para saber qué es lo que debe olvidar.
La poca fiereza que guarda mi olvido
quiere correr
y regresar a ti,
encontrarte en nuestra casa,
reconocerte entre un montón de gente,
y saber que eres
el hombre de mi vida.
La poca fiereza
que le pongo a mi olvido
quiere correr a abrazarte,
que le hagas volver a saltar
mientras se queja,
y que le beses la frente
en espera de que termine la lluvia.
Pobre de mi fuerza,
no esconde ninguna fiera,
solo la delicadeza
que busca a tientas, en la noche, tu oreja
para morderla,
y se duerme luego de llorar por su fracaso,
rezando tu nombre.
Esa fiera no existe
y no olvida,
se esconde en mi corazón,
se hace chiquita,
y quiere
pedirte
que
vuelvas.
Fotografía: Michelle Owen
Ciudad de México, 1994. Ha sido reportera de temas políticos, sociales y anticorrupción en El Universal y en La Silla Rota. Estudia lingüística en la UNAM. Escribe, escribe y escribe.