Cada vez que quieras enjaular al viento; piensa, siente y esquiva.
Enciérrate, inhala y supón que esas reflexiones comprenden de auto-engaños.
Alumbra el humo de la muerte innecesaria y renuncia a la exhumación eterna del mismo saber.
Otro cuerpo nace, se corta y se traga las líneas de la intelección.
Lloras a diario y pones en tus labios noches tan pequeñas que tragan vida.
Colocando tu ser, deseas recuperar la dosis exacta de dolor pero ahora el aire piensa más que tu cabeza.
Eliminas logros y encuentras escapes en tus venas.
Ya no hay espacio para la descendencia y pariendo realidades, te encuentras con agujeros en la tierra.
Tu cuerpo se tragó todo el espacio y la luz, toda tu razón.
Fotografía por Martin Canova
Curiosa y descarada; inflamada de realidades desconcertantes y aspiraciones líricas.