-NUNCA negaré el mismo color de nuestro interior.
Ni las risas invisibles o el delirio de persecución.
Nos inventamos una historia de bandidos.
Donde actúo a la perfección que no tenemos nada en común y
cerramos los tratos con miradas, sin complicación.
No hay nada difícil de explicar,
sabemos que es el momento y nada más.
Nos movemos por las sombras con una habilidad inmortal,
porque a ti te sale todo bien y yo,
no quiero dejar de portarme mal.
Fotografía: Anton Fadeev