Inverosímil el humor que trae consigo la melancolía; cuando tratas de reír para no llorar.

Cuando intentas ocultar ese torbellino de sentimientos que van rompiéndote de a poco. Ojalá me rompieran de un tajo; pero no. Los recuerdos son como agujas que se clavan despacio, borrando la sonrisa que aún queda en mis labios.

Es imposible ocultar el desencajo facial, la agudeza mental; el cansancio emocional…

Intento descifrar si los nudos en la garganta se escupen o se tragan, pero nada pasa. Solo me quedo ahí, inerte; con los ojos aguados llenos de nostalgia.

Llenos de rabia, llenos de lejanía y falaz esperanza.

Fotografía: Stefano Majno