Un letrero partido en dos
sobre el camino
esperamos las instrucciones
mientras las vacas
hablan un idioma que no entendemos.
Nada tirado sobre la hierba
y aún así arrojamos lo que nos queda:
Un corazón escrito en braile.
Las vacas guardaron silencio
y a mí me queda un espacio en el bolsillo
donde no hay nada que guardar.
Fotografía por Isa Gelb
Todo es mentira.