No quiero definir lo nuestro y sobre todo no te quiero.
Vernos de cuando en cuando, coger y tratar de ser amigos no fue la mejor idea; metías mucho en la conversación el “cojamos y ya veremos qué pasa”.
Convertiste esa frase en nuestra filosofía.
Dijiste que querías estar conmigo y jamás lo creí, pero me acostumbré a tu presencia y a ratos me gustaba imaginar el cómo sería una relación contigo.
No creí cuando hablabas sobre lo increíble que era el tenerme cerca y lo mucho que te gustaba coger conmigo; porque a pesar de lo mucho que hablamos, nunca supe tu color favorito, y si te preguntara, dirías que el morado de mis bragas.
Sé lo mucho que te gustó romper mi cama y no me sorprendió que rompieras la confianza al no mencionar a la linda chica de frente enorme con la que tenías una relación desde 6 meses atrás; ese eres tú, el tipo de wey que te presenta a una amiga y después te cuenta cómo se la cogió sin condón.
No quiero definir lo nuestro y sobre todo no te quiero porque hay que aceptar que es imposible tener algo serio con quien no se tiene una platica en la que el tema central no sea lo bien que luce mi trasero.
Mentías al decir que nos veríamos bien juntos y odiaba cuando decías que me amabas; debes comprender que es una palabra que no combinas con la frase “me gustan tus nalgas”.
Memoricé tus palabras falsas y tú elogiaste mi cabello al caer por la curva de mi espalda mientras me recordabas lo mucho que te agradaba el estampado de leopardo en mi ropa interior.
Ahora que te has quedado solo y que tu relación de alta fidelidad y amor eterno ha terminado, has vuelto a insinuar lo bueno que sería vernos, y has dicho que aún guardas las fotos que solía enviarte, esas donde usaba las bragas que eran tus favoritas.
Hoy a nueve años de conocernos…No quiero definir lo nuestro y sobre todo no te quiero.
Fotografía: Cristóbal Escanilla
Me cagan las biografías.