Una noche inigualable aquella donde fundimos nuestras almas.
Si tan solo el mundo hubiera presenciado aquella reunión estaría tan celoso que quisiera arrancarse la piel por no haber sido nosotros.
Sentí tus yemas recorrer mi piel cómo si está nunca hubiese sido tocada.
Con mi lengua pude acariciar cada grieta de tus labios.Desprendíamos un aroma a rosas.
No hizo falta decir nada.Esa noche hablamos el idioma de los enamorados,de los de verdad.
Únicamente la tenue luz alumbrando tu bello cuerpo como nuestra compañera.
Y después de sentir todo cerramos los ojos y caímos con la misma fragilidad con la que el sol se se esconde.
Fotografía por Jocelyn Catterson
He pensado en quemar mi cama pero no tendría dónde dormir.
Que cansancio ser. La vida y yo no nos llevamos bien.