Aparición

En medio de la noche iluminaste mi habitación, tener entre mis manos un mensaje que ya no esperaba me desconcertó, pues aquello que me hiciste sentir ya lo había formateado de mi cabeza, sin embargo, las palabras atravesaron mis pupilas que se encontraban encandiladas por leer aquello que me hiciste llegar, un simple. “hola, ¿cómo estás?”, que desde hace siete días se ha convertido en constantes conversaciones, un saludo que cuando retumba en mi pensamiento logra estampar una sonrisa en mi rostro. ¡Que ironía el creer que te había superado! ¡patrañas!, sigues siendo mi mayor pecado, mi peor tentación.

Hoy es la octava noche después de tu reaparición, saber que eres libre y que aún me deseas, es lo más excitante, lograste enviar a mis dos tropiezos sexuales por un precipicio y a mi me tienes al borde de un abismo del que presumía que había logrado escapar.

Fotografía: Cristina Rizzi Guelfi