Él quiso quemarme.
Me alejó de mi familia.
Desde ese momento, no tuve ninguna paz.
Todo pasó tan rápido que no me di cuenta del cómo llegué aquí.
Forcejeamos, me pegó.
Y yo ya no me defendí.
En mi interior, una voz decía ‘mátame’.
De un momento a otro, me fui.
Él estaba cerca de mí, moviendo su boca, yo creo que estaba gritándome.
Me sacudió, pero la calma me invadió y cedí.
Un día preguntaron por mí y,
como no me encontraron,
salieron a buscarme,
pero no se esmeraron mucho.
Me llevaron a tirar.
Me echaron a la calle.
Yo no me gané la calle.
Ahora soy esa voz
que vive entre los ecos de los seres humanos.
Fotografía por Stanley Bloom
Nacida en cautiverio corporal.
Artista plástico, Diseñador de Moda.