Tengo que dejar de buscarte

Igual y te encuentro en un encendedor, en el pecho o en los ojos de alguien. Igual y nunca te encuentro, ni en los labios, ni las ideas, ni en el tabaco. Pero igual y te encuentro, en la cama con alguien más, que no seas tú, pero que seas tú. Tal vez pase mucho tiempo antes de que pueda sentir los dedos de alguien más recorrer mi cuello, pero cuando lo haga tal vez te encuentre. No en la piel, ni en la cabeza, pero en los recuerdos.

De cuando te quedabas recostado a mi lado y recargabas tu frente sobre mis labios para que besara tus demonios, tus fracturas y la ruptura de tus ideas. De cuando no encontraba mi arte porque la tenía enfrente de mí. De tu respirar intraquilo y frente sereno. De cuando abrazabas mi alma y recogías mis lágrimas, porque antes de ti nunca había sentido, y -aunque contigo dejé de escuchar- también comencé a respirar, a disfrutar, a vivir.

Tal vez nunca te encuentre, pero encontraré mi arte, aunque vacía pero siempre triste. Tal vez te encuentre, y pueda sentir la piel cálida de otro ser, susurrandome al oido lo mucho que le aterra morir solo.

Tal vez te encuentre, y aunque lo haga, nunca te voy a encontrar.

Fotografía: Leo Berne