Soft Love (II)

Voy a conocer a otro. Voy a preguntarle cómo se llama, voy a reírme de su nombre…

Intercambiamos números. Pasamos las siguientes semanas hablando hasta muy tarde. Quedamos en el mismo café donde pregunté tu nombre. Pasamos del café a pasear por la avenida de las cervezas. Reímos y bailamos hasta la madrugada. Nos quedamos ebrios hasta las seis de la mañana. Me dormí. Te dormiste. Despertamos confundidos, nos reímos. Salí con los tacones en la mano. Caminabas a mi lado. Me llevaste a mi departamento. Pusiste Zanzíbar de Footprintz y te dije: ¿dónde has estado toda mi vida?
Llegamos a mi departamento. Me esperaste en la sala mientras me duchaba. Preparé el desayuno mientras te bañabas. Desayunamos los chilaquiles más picosos para decirle au revoir a la cruda. Te fuiste. No me llamaste durante el día.

Pasé tres días sin saber de ti. Quise eliminarte de mis contactos. Apareciste y te disculpaste. Se murió tu abuelita. Te hundiste en depresión. Estuve contigo todas las tardes desde ese día. Mejoraste y viajamos a Madrid. Fuimos al concierto de Miss Caffeína. Me pediste que fuera tu novia. Acepté. Regresamos al país. Me mudé contigo. Fuimos felices durante los siguientes 8 meses. Me encontré a mi ex. Entré en depresión toda la semana. Te irritaste de mi. Me pediste un tiempo. Recordé que seguí el mismo patrón de cómo mi ex me conoció y cómo te conocí. El mismo soft love pero con diferente boca. Me frustré y lloré. Fui a terapia de nuevo. Te llamé el siguiente mes. Volví a mudarme a tu departamento. Hacíamos el amor cada noche. Otros 8 meses de felicidad. Me pediste matrimonio y acepté. Esa noche te volví a perder. Falleciste en un accidente.

Ahora estoy sentada en la cornisa recordando todo. Se acabó el soft love para mi vida. No voy a conocer a otro. No preguntará cómo me llamo. No va a reírse de mi nombre.

Fotografía: Dani Hensen