Si te desaparecen, te voy a buscar

El dolor es inmenso. La furia es total. Las ganas de gritarle al mundo que es una mierda no me las voy a guardar.

Tampoco me voy a guardar lo de ir con esos tipo de trajes Armani, corbatas Zegna y zapatos Ferragamo para escupirles en la cara. Nada de suplicas. ¿Cuántos años llevamos suplicando por que hagan su trabajo? Y la ignominia continua. Ellos solo se sientan de vez en cuando en una gran sala y por levantar la mano se ganan miles de pesos. Nosotros tenemos que lidiar siempre con la contracorriente, que ahora que no estás es mas bien un tsunami.

La angustia de estar esperando una llamada. De haber querido conocer a todos aquellos con los que hablabas. De querer conocerlos a pesar de todo. Buscando en Internet, en cuadernos, en fotos… cualquier pista.

Y a todos, las mismas preguntas: “¿Cuándo la viste?, ¿con quién se juntaba?, ¿me puedes pasar el número de tal? Si sabes algo, avísame”.

Avísame. La cruz del vía crucis moderno es la acción de pegar tu foto en todas las calles. Es ir las oficinas del metro y enfrentar a burócratas que no entienden que cada hora es vital, todo para poner ese rostro en cada estación a ver si algún atento lo mira y lo reconoce. Es pedirle a las autoridades que trabajen, aunque nunca sabes cuando un uniformado puede ser también el delincuente.

El dolor es inmenso. La furia es total. En pensar en todos los “hubiera”: si hubiera tomado otro transporte, si hubiera ido por ella, si se hubiera quedado con su amiga, si no se hubiera peleado con su novio, si no nos hubiéramos mudado a esta colonia, si nunca hubiéramos cambiado de ciudad, si hubiera un mejor Gobierno, su hubiera gente sin mierda en lugar de cerebro.

Voy a alertar a través de todos los medios. Voy a ir a tocar a las puertas del presidente en turno hasta que, aunque sea a la distancia, perciba mi enojo. Que el mundo sepa lo vital que eres en la vida de alguien. Que el mundo entienda que la ausencia involuntaria es una de las peores sensaciones.

Si te desaparecen, te voy a buscar.

En los parques. En los centros comerciales. En los bares. En las colonias más peligrosas. En los barrios más acaudalados. En los tables dances. En las iglesias. En los callejones. En las coladeras. De día. De noche. Con ímpetu. Con tristeza. Esperando lo peor. Esperando encontrarte.

Fotografía por Santo