El verdadero amor, siempre real, siempre se ve bien.
Se puede mirar a través del cielo, se puede sentir por la sangre. Te puede tocar el corazón con los dedos, inclusive te puede matar. Siempre tan real, siempre se ve bien.
Fotografía por Bill Dane
Debajo de una palmera; recostada en la parte trasera del coche, en el asiento delantero coreabas nuestra canción favorita. Sabías que era el final, ahora sabes que odio los cambios.