La última noche que dormimos juntos, tu cuerpo abrazaba al mío, pero tu cariño, tu sinceridad, tu amor, tu paciencia y tu felicidad ya estaban en otra parte, no sé si con otra persona, pero ya no se encontraban en esa habitación.

Fue triste despertar y darme cuenta que lo único que había ahí eran dos personas, sin nada que compartir, sin nada de que hablar, sin nada que nos mantuviera juntos por más tiempo.