El miedo a la libertad ajena es algo que no podemos ocultar.
Está tan adentro de nuestro genoma humano tanto como respirar.
El temor de desprenderse de aquello a lo cual se tiene ferviente devoción.
A lo cual se ha indicado que la vida es más que una garantía.
Confiando la razón de la existencia.
Pero mi existencia no tiene valía dentro de mi concepción.
No puedo negar la libertad, no puedo atar las alas de una ave.
Al final y como siempre,mi existencia se quedará nuevamente fraccionada si
el objeto de mi afecto decide que ya no soy suficiente.
Dejar que las ramas se rompan con el tiempo. Dejar que el follaje caiga al suelo.
Continuar, tirarme al suelo y dejar que mi cuerpo se adapte en una fotosíntesis.
Sin que nadie pueda escuchar mi aliento.
Fotografía por Stanley Bloom
-Soy romántica en el sentido de que presento al hombre como debería ser. Soy realista en el sentido de que lo sitúo aquí y ahora, en este mundo.-
#Rand