Mi vida va al suelo.
Directo al infierno.
Sin frenos, sin alma,
Mi vida se escapa.
¿Las llamas se calman?
¿O más bien me matan?
Las llamas no queman.
Más bien, me envenenan.
Bebiendo y riendo ella más se acelera,
llorando y amando en la carretera.
Mi vida es veloz y va sin temor,
mi vida se agota con cada gota,
mi vida no llora, mi vida goza.
Disfruta sin suerte,
siempre consiente.
Como un disparo,
pareceré un rayo.
Siempre embriagada mi vida deseada.
Fotografía por Wang Wei
Tropezar en la dirección correcta es la única manera de avanzar.