Las cosas que jamás podré decirte

Cuando te conocí jamás pensé que jamas voltearías a verme, bien sabes que siempre me sentí el patito feo; escuché tu voz, aún desconocida, llamándome por mi nombre. Sonará exagerado pero en ese momento supe que te quería en mi vida, cuando te fuiste sentí un vacío tremendo que se alivió un poco cuando nos mensajeamos y quedamos para salir al día siguiente.

 

El restaurante de Los Fondues fue el primer lugar donde tomé tu mano, sé que no es importante pero ambos tomamos naranjadas e incluso eso me parecía una señal, te observaba con timidez y te miraba sonrojarte. Fuimos por un helado y estuve a punto de besarte; el momento de despedirnos en la puerta de mi trabajo fue una gran pista de lo mucho que dolería separarme de ti.

Ahora mis noches son de insomnio y te las dedico a ti, pienso una y otra vez lo que pude haber hecho mejor; sé que te dejé a la primera oportunidad por el temor a salir herida, no ignoro que mi cobardía te hizo daño. Me lastima tanto saber también que pasé tantas barreras, luché cada día por no salir huyendo, fui contra mi instinto, lo entregué todo y jamás fue suficiente; te convertí en mi casa para encontrar la puerta cerrada. Aún así no me rendía y tocaba cada ventana o intentaba colarme por cualquier agujero, estoy consciente que mi amor te asfixiaba y aunque lo sabía actuaba de aquel modo por miedo a perderte.

 

¿Recuerdas la cafetería donde nos contamos todos nuestros secretos? Aquella noche te dije que no soportaba las despedidas, dos veces me habían roto el corazón y contigo suman tres; toda mi vida intenté escapar de enamorarme, por el mismo motivo dolió tanto entregarte toda mi fragilidad, mi ser, mi alma y mi corazón. Puedes pensar que no es así, pero me rendí por completo a ti, fuiste mi prioridad; me enfrenté a situaciones terribles que me despedazaron, tu ira me laceraba pero dejar de verte era la muerte.

Aparento fortaleza, sin embargo me sigue torturando haberte dicho que no te amaba más, que mi vida iba de lo mejor sin ti. Cada día siento un vacío y sin importar qué hago siempre pienso que sería mucho mejor si tú estuvieras a mi lado; comienzo a sospechar que jamás llegaré el día en que deje de extrañarte.

 

Lamento que el despecho me dominara, me quema la culpa de cada momento en que te herí y de no lograr una despedida diga cuando llegaste a ser lo más importante de mi vida.

Fotografía por Martin Canova