Como muchas de las personas en mi vida saben, perdí a mi papá hace casi dos años. Ya me gustaba hacer fotografía antes de que falleciera porque se sentía muy bien y gratificante ser buena en algo que me gustaba hacer. Siempre me había gustado el cine y sabía que la fotografía podría conducirme potencialmente al cine. Sin embargo, cuando mi papá se enfermó, sentí casi como si me estuviera ahogando. La fuerza de mi vida se sentía como si se escurriera entre mis dedos lentamente, poco a poco cada día se cansaba más y más hasta el punto de estar al borde del colapso. Todo esto fue y no es algo de lo que haya hablado antes con nadie y no quiero decir con esto que estaba pensando en terminar con las cosas, pero simplemente estaba demasiado cansada y pensé que mi cuerpo eventualmente simplemente, se rendiría en cierto modo, lo hizo, porque finalmente dejé de tratar de tener el control y dejé de intentar nadar contra la corriente de la vida y, en cambio, dejé que me llevara. Pensé que me ahogaría, pero en cambio, encontré lo que se convirtió en mi eventual balsa salvavidas y el eje sobre el que giraría mi vida y eso es el arte. El arte se convirtió en un medio para expresarme, así (a través de la escritura) o la fotografía y, con suerte, el cine pronto. Encontré el propósito de mi vida a través del arte y después de meses de pensar, reflexionar y profundizar lo más que pude en lo más profundo de mi ser, encontré un propósito para mi arte, una intención clara y mi voz. Desde hace un tiempo, tengo lo que pensé que eran dos preguntas muy importantes con respecto al arte: “¿Qué es el arte?” y “¿El arte te encuentra a ti o tú encuentras el arte?” Mi conclusión inicial basada en mi experiencia fue que el arte eventualmente te encontrará, pero al leer sobre esto encontré una cita que dice “El objetivo no es hacer arte, es estar en ese estado maravilloso que hace que el arte sea inevitable”. No he oído algo más cierto.Esto no le sucede a todos a pesar de que todos somos más que capaces de crear arte, pero cuando finalmente te encuentras en ese estado de repente, el arte se convierte en tu medio de expresión, la forma en que miras las partes más profundas y ocultas de ti mismo y es ahí es cuando el arte se vuelve una necesidad, una forma de ser. En cierto modo, es un encuentro mutuo porque el arte siempre ha estado ahí, simplemente no te habías encontrado en ese estado de ser, y una vez que te encuentras allí, ya sea que te consideres un artista o no, te encuentras sin querer, pero la necesidad de crear arte porque el arte es una fuerza vital o es realmente lo que quieras que sea, pero te impulsará como una corriente, y crear se convertirá en una especie de feliz accidente, un acto que no está bajo tu control consciente si no bajo el control de algo mucho más profundo dentro de ti y el arte es la única forma de acceder a él. Y una vez que accedes a él y te encuentras en ese estado, no hay vuelta atrás.
Ciudad Victoria, 2001. Fotógrafa de calle que busca explorar las diferentes facetas de la vida humana a través de la fotografía. Su trabajo se ha publicado en Chic Puebla y editoriales de talento para el Festival Tamatán. Actualmente reside en Ciudad de México.