Eran las 3 de la tarde estabas ahí sentada pensativa esperando una señal de el, tú cómo siempre habías llegado a la hora acordada, nunca cambiarías y menos en una situacion asi. Nunca cambiarías para conocer a alguien tan importante como lo era el en ese momento
El día era hermoso, soleado con el transitar de un agradable viento. los pájaros volaban alegres de aquí por allá, ese jardín transmitía vida, vida que jamás el verá, los niños jugaban en los juegos, corrían sonrientes por el parque, veías a los jóvenes disfrutar un helado, veías a los otros compartir sonrisas,compartir magia infinita.
Y él no llegaba, te desesperaste, checaste tú celular un par de veces para corroborar la hora, tal vez tú te habías equivocado, tal tú habías llegado tarde y no te habías dado cuenta, tal vez y por alguna razón inexplicable te habías equivocado de fecha.
Checaste el celular también para corroborar que no existiera un mensaje o alguna llamada, tal vez el decidió no verte y cobardemente no te aviso.
te entraba un pensamiento que tal vez era una maldita perdida de tiempo el ir y encontrarte con el, pensabas que era una estupidez el arreglarte como no lo habías hecho en muchísimo tiempo, el delinearte las pestañas, arreglar tus uñas con un cálido esmalte que combinaba perfecto con el color de tu vestido.
Pensaste que era una mala idea desempolvar ese hermoso par de tacones negros que años atrás eran la sensación de tus amigas.
los recuerdos de esos amores que jamás llegaron a algo bueno pasaron por tu mente.
Decidiste marcharte pero…
Lo viste. venía apresurado con una sonrisa aunque con mucha preocupación traía unas hermosas rosas, rojas, frescas, alegres.
Te saludo y te dio un gran abrazo, en ese momento sentiste que al fin podías conocer el amor que después de todo lo malo podía llegar una recompensa.
ese abrazo había pagado el tiempo que habías esperado había pagado todo, absolutamente todo.
Hablaron, rieron, se abrazaron y después de mucho tiempo caminaste con alguien de la mano la calle era larga pero eso no importó.
Tú eras feliz y el era el motivo de la felicidad.
Cuando te vea con esos tan brillantes, con una sonrisa sincera, cuando tome tus manos como lo más delicado y frágil del planeta, cuando en sus ojos solo existas tú y tú solo seas la única persona en su pensamiento, cuando te regale rosas, mil rosas.
Cuando te regale chocolates o la mejor tarde de tu vida, cuando te quiera como yo nunca pude quererte, cuando todo lo malo se acabe y comience algo nuevo, algo mágico, cuando por primera vez te enamores.
Cuando todo eso pase… Dile, dile que te quiero…
Fotografía por Alison Scarpulla
Psicólogo de profesión y un perseguidor de sueños y anhelos que jamás llegarán.