Día… ya perdí la cuenta

Te he preguntado ahora… como antes – ¿te quita mucho tiempo un beso?

Tú respuesta ahora… como antes – ¡sí me quita el tiempo!

Ahora estamos confiscados a pensar en el mañana como aquella posibilidad remota de no estar, de no tener un cuerpo saludable y resistente a esto que vibra en el ambiente. Ahora somos esenciales a nosotros, ahora estamos detenidos y algunos otros aterrados por la quietud de la vida después de romper abruptamente con el día a día envuelto en caos.

Ahora no hay pretexto para no tener tiempo, tiempo para pensar, reír, llorar, leer, hablar, brincar, saltar, dormir, soñar…tiempo para un beso.

Fotografía por Magnus Jorgensen