Quizá es tiempo que lo sepas, no te confundas, sí me gustas.
Pero solo me gustas para escuchar tu voz o tu risa cuando algo te resulte divertido.
Me gustas como para tumbarnos en el pasto y ver las plantitas.
Para hablar de música a las 2 de la mañana cuando todos duerman en su cama.
Me gustas para irnos de viaje, tomar fotos que a nadie mostraremos y,
Cuando tengamos hambre, probar las uvas del viñedo.
Así creo que me gustas, para abrazarte cuando el día esté nublado.
O cuando las ideas te hayan dejado y estés fracturado.
Si tu mente está cansada y quieres silencio, para quedarme a tu lado.
Cuando bromees y nadie te haga caso, reírme cómplice contigo.
En fin… no te emociones, no me gustas tanto.
Solo te diré que he pensado en ti unas horas menos que ayer.
Fotografía: PJ Wang
Las palabras me visitan a todas horas del día y yo las invito a pasar.