Querida A,
Tu carta me encuentra comprometido con todos los pedidos de disculpas. Pasé por todo el proceso lidiando con mis problemas y los que me dejaste. También me di cuenta de que realmente tengo treinta y uno.
Te juzgué in absentia y así dejé de sentir que mis atomos estaban atraídos a los tuyos por años, que si no podia estar orgulloso de mí mismo, la luna y las estrellas lo estarían, o en su defecto cualquier cosa que desconozcamos por completo.
Me bajé del tren de los tristes y seguí caminando. Pero mientras me alejaba supe que iba a extrañar a mis compañeros de viaje.
Me maravillé de todas las cosas que me perdí mientras perseguía arco iris con vos, aprecio que nuestro ocaso haya sido espectacular y grandilocuente pero no hay nada como la paz de numerosos viernes por la noche sin batallas, sin explosiones ni blitzkriegs.
Ya no creo que seas una persona horrible, solamente te alejaste como lo hacemos todxs alguna vez y te perdiste a vos misma tratando de encontrarte. Contrario a lo que pensás, no creo que seamos reflejos rotos de lo que fuimos alguna vez, solamente agarré lo que quedaba y seguí.
Además de preparando un glorioso cafe, así es como me encuentra tu carta.
Sin amor pero con reverencia aun mas distante que al inicio de esta carta,
N.
PD. En respuesta a tu pregunta: sí, aún uso el sacacorchos que me regalaste pero el logo de Ferrari se está borrando.
Fotografía por Ama Aura
Yo solamente escribo.