Cinco minutos más

Dame otros cinco minutos, vuelve a mí como solías hacerlo, grita cuando estés molesta y llora cuando te sientas vulnerable.
Inclusive aguantaré que digas una y otra vez que tan necesitada puedes llegar a ser, y yo volveré a decirte que me quedaré.
Vuelve a ser mía, aunque nunca lo fuiste.
Vuelve a sonreírme de la manera en que lo hiciste.
Llama a las dos de la mañana solo porque querías oír mi voz.
Manda un mensaje de texto solo para recordarme que la carne roja me hace daño, o que nuestro equipo favorito ganó.
Quizá hasta te pueda dar la razón justo cuando dices que llegas a quererme más.
Dame cinco minutos más mientras tus manos se acomodan debajo de mis costillas y hundes tu cara en el espacio qué hay entre mi cuello.
Festeja de felicidad cuando has hecho lo que más te satisface, corre entre la multitud solo para chocar tus labios contra los míos.
Golpea tan fuerte mi cabeza con tus “te amo”.
Gira entre tus talones mientras tu cara se ilumina y vuelves a mí, con ganas de no soltarme jamás.
Otros cinco minutos de sentir como las mejillas arden y duelen de estar en la misma posición incontables minutos. Inclusive cuando no logro verte.
Quítate los auriculares solamente para contarme lo que te paso hoy en clase mientras pierdo la vista de mi libro.
Haz ruido a las cuatro de la mañana preocupada por el día que apenas comenzará.
Comete todos los dulces que escondo en el cajón.
Dame cinco minutos más y que se conviertan en horas y sigamos queriendo otros cinco minutos más.
Sigue quedándote cinco minutos más en la cama cuando no quieres ir a la escuela o al trabajo.
Sigue dibujando en óleo o mostrándome tus fotografías favoritas aunque pienses que lo que creas en ello no vale.
Tomate cinco minutos para besarme.
Vuelve a hablar de algo que te gusta y yo no entiendo del todo.
Vuele a ser mía, aunque nunca lo llegues a ser.
Dame otros cinco minutos, otra hora que se siente fugaz, que se siente como casi nada para querer otros cinco minutos más, y que se convierta en otra hora. Y quizá en otros seis años más.
Sonríeme, abrázame, regálame tu primer beso incontables veces.
Volvamos a hacer el amor y desnudarnos sin siquiera quitarnos una prenda.
Te llamaré cada vez que necesites tomar tu medicación.
Te recordaré tomar agua aunque a ti te moleste el tener que hacerlo.
Intentaré ser tan graciosa como dices, y quizá te prepare de comer las incontables veces que sueles pedirlo.
Bailare contigo en ropa interior y fumare contigo después de ello.
Quizá hasta deje que leas todo lo que un día te escribo.
Solo dame otros, y quizá los últimos, cinco minutos más.

Fotografía: Le Tans