En mi amanecer de las cuatro de la tarde descubrí diminutas migajas de tu alma, congregadas en el surco logrado por cortesía de tres décadas y mucha gravedad en mis senos acuáticos; recolecte un par y las acomode en mis papilas, ahora recuerdo tu nombre, ahora me quito las historias.
Lo que sea que compone tu alma es embriagante, lo descubrí a la hora de dormir en nuestro anochecer a las cuatro de la mañana. Yo puse la cama, las almohadas rellenas de pesadillas y el corazón saqueado, tú pusiste sueños, tu cuerpo manso, misterioso y masculino, pusiste tu mano de tal forma que la niña salió de mis memorias y la rayuela fue primorosa. Descubrí que estoy compuesta de lo mismo que embriaga, que tengo el alma a semejanza de la tuya.
Quiero dejar evidencia para tus olvidos ‘Entrega tu carne, tu sexo, las ganas y fuerza a la mujer que te acepte. Haz una trenza con sus promesas y besa su mejilla izquierda en el crepúsculo, ata con discreción tu calzado y jamás olvides alguna pertenencia que provoque volver’
Hago público también el mensaje para tu esencia: Jorge por las noches haz de mi regazo tu suspiro y más tarde reclama tu hogar en mis pechos, te invito a ser menos hombre y más humano en su calor. Libera mis cabellos y construye un puente con tus dedos de luna mientras separas cada hebra obscura; asigna tus besos para mí y acampa en mi labio inferior (desde ahí puedes ver las estrellas), hagamos el amor y el resto en horizontal, hombro con hombro y cierra los ojos en la penumbra de mi habitación, yo busco iluminar mis días con los lunares que conoces en nuestros cuerpos, busco iluminar mi corazón con tu sonrisa y pintar mis párpados con tus silencios. No busques tus ropas, no las necesitas, olvida tus pesares existenciales, yo los corrí a tu llegada; ve a la cocina y saca las galletas del frasco, pon dentro todas tus fantasías y vuelve a la cama, YO me logro sólo de imaginar el cómo y cuándo de hacer realidad cada una mientras te preparo muy caliente, el café. No usemos despedidas, mejor pon té en mi boca y endulza con tu mirada mi despertar.
Vuelve a mí cada día más libre, deja en la banqueta la duda y roba dientes de León para colorear mis ausencias de ti.
Esto tan joven no es pretensión, no tiene reglas ocultas, su origen ignora agradar al resto, calificar en lo que “esta bien”, encajar en lo establecido; esto ES y me basta saberte feliz para alimentar su existencia.
Con las historias sacudidas, tengo presente tu nombre, alimenté con literatura de sirenas a tus oídos, mi lengua bailó en la periferia de tu oreja y descubrí tu alma en mi amanecer de las cuatro de la tarde.
Eres inmortal cuando una mujer te da amor, te vuelves perpetuo cuando te atrapa en un texto…
Fotografía por Tatjana Suski? Ninkovi?
Mi cuerpo joven conoció tu sexo, te hice con mi sexo, fuiste buena y el anciano que soy se congeló mientras contaba historias de victorias pasadas para hacerte dormir. Macarena eres la suerte que voy a fracasar 20 veces más, quiero bordar flores a tu corazón, ahora que soy como un ciego que hace malabares con aguja, hilo y dedal.