Este es el día de nuestro primer beso.

Hoy es 20 de febrero.

Estamos en un lugar que no nos llena.

Te acercas, me alejo.

Me da esa punzada en el pecho

y alguien en una mesa lejana grita:

“¡No te enamores!”.

De

    ma

         sia

              do

                   tarde.

Salimos.

Me acerco con torpeza, y me ganas.

Me ganas con el beso,

con tu mano en mi cintura,

con la mordida en los labios,

me ganarás de hoy en adelante,

casi en todo.

 

Ganaste en decir te amo,

en tomar mi mano.

Pero también en romper la promesa,

en entregarle secretos a alguien más,

en correr tras de mí

cuando no podía soportarlo.

 

Y estuvimos

otro día 20 de algún mes

con el beso enredado entre cobijas,

ahorcado entre nuestras piernas,

ahogado en palabras sin aliento.

Pe

    ro

        ya

            era

                 tarde.

Y ganaste de nuevo,

en huir,

en mentirme.

 

Este es el día de nuestra ruptura.

Hoy es 20 de enero.

Estamos en media calle.

Te alejas, te dejo.

Me da esa punzada en el pecho.

En tus maletas llevas todo.

“No dejo nada”, dices.

Ya llevas todo tu mundo,

tu futuro, ella, y mis pedazos.

 

Fotografía: Vinnie Nanthavongsa