Ya no somos los mismos

Hemos dejado de ser nosotros,
ya no reconocemos la mano del otro.

Las pertenencias quedaron en la mesa
y los sentimientos en un balde roto.

Las pláticas ya no son propias,
sino del protagonista en televisión.

Ya no se enciende la radio en casa,
ocupamos su lugar con cigarrillos.

Los intervalos de risas eufóricas
se sustituyeron por silencios.

La habitación se partió en dos
y cada uno llora de su lado.

Se ha roto gran parte del espejo
y nuestro reflejo ha cambiado.

Ahora tomamos píldoras con ron
y bebemos agua de la bañera.

Dormimos en vez de bailar
mientras todos conversan.

Hoy ya no somos los mismos,
el tiempo nos convirtió en otros.

Fotografía: PJ Wang