En el mundo, que de pronto es de sombras, se desarrolla esta mente, rota va persiguiendo los ecos de una vida que ha sido vendida, en este baile retorcido estamos obligados a hacer nuestra parte, pero en el fondo anhelamos liberarnos de la oscuridad.
Abrazo el caos, dejando que las llamas se enciendan y en la agonía encontraré mi propia luz. Desentrañare las piezas de esta fachada destrozada y así romperé las cadenas que me atan, déjame caer, es mi mayor anhelo. Nos estamos sofocando, atrapados en una celda de prisión, mental.
Anhelo la “liberación”, donde habitan los demonios. Con cada paso que doy estoy más cerca del borde, saboreando la locura mientras respiro nueva vida en su lugar.
El mundo puede llamarnos tontos, perdidos, sin posibilidad de reparación, pero bailaremos en el corazón de las llamas, una carga que no compartiremos.
Porque en esta liberación encontrare la verdad. Desatando a nuestros demonios, abrazando a las bestias feroces.
Así dejaré que el mundo me condene, usare estás cicatrices con orgullo.
En medio de la implosión, en estás alas rotas confiaré. Porque en estos fragmentos destrozados encontraré un nuevo comienzo. Aferrandome a la autodestrucción con un corazón desafiante, cardinal.