¿Recuerdas cuando hablamos sobre las cosas favoritas? me dijiste que se debía sentir algo para realmente decir que es algo favorito, tras muchas noches de divagar por mi mente y mis sentidos creo que por fin tengo algunas cosas favoritas…
Podría dar una larga lista de platillos con los que se me hace agua la boca, pero no hay nada más exquisito que el sabor de tu cuerpo, se me hacen agua la boca, el cuerpo, la mente, y el alma de solo pensarlo.
En más de una ocasión he escuchado canciones que me erizan la piel, pero ninguna me hace sentir que voy a otros mundos como lo hace el sonido de tu voz. Todos tus tonos, volúmenes, matices, e incluso tu risa y susurros rebajan a las más grandes creaciones musicales.
Hay una infinidad de relatos fascinantes aprisionados entre las tapas de los libros, pero ninguna historia me fascina tanto como la tuya, podría seguir leyendo incansablemente el guión de tu vida día tras día, y renunciaría a mis parpados para no perderme un segundo de las incontables escenas en que llenas de emoción las acciones más simples.
Impresionismo, cubismo, surrealismo, expresionismo, dadaismo, abstraccionismo; tantos movimientos artísticos, todos repletos de obras de arte increíbles, pero ninguna se compara con la perfección y delicadeza con la que la naturaleza hizo tu cuerpo, tu rostro, cada uno de tus impecables rasgos, movimientos y expresiones. Cada parte de ti está compuesta del tipo de belleza que desde la primera impresión toca hasta los rincones más íntimos del ser.
Todo se resume en que tuve una revelación en la que me di cuenta que te has convertido en mis sentidos, cariño, eres mi cosa favorita por sobre todo.
Fotografía: Stefano Majno
Escribo porque un rayito de sol moreno me hizo sentir que era capaz de hacerlo.