Resulta que la vida, si bien maravillosa, también misteriosa.
Detecto las situaciones como señales que aunque no entiendo, abrazo.

A veces llanto, a veces risa.
Eso y más provoca lo desconocido.

Pero es sabia aquella enormidad que, nos da, nos frece y también nos quita.

Las buenas noticias, las buenas ideas y las buenas invitaciones son hermosas.
Pero las malas, son mejores. Porque son esas las que me hacen crecer, aprender, conocer y darme cuenta de la capacidad que tengo para superarlo y seguir, y seguir.

Paso tras paso; pisadas firmes…
Construyo un camino y creo en él, para volver y encontrarme de nuevo.
Y mientras siga hacia adelante, me prometo poner atención en los detalles y darle una respuesta a cada pregunta que hoy me invade.

Fotografía: Nik To