OSCAR al mejor actor del 2019

Nunca pude confiar en ti. Había algo muy dentro que me gritaba que no lo hiciera, que no eras de fiar, que todas tus palabras hedían a mierda, que me ibas a fallar de nuevo, como todo el mundo.

No podía creerte, no debía dar crédito a tu trato, de eso tan bueno nunca dan tanto.

Algo me advertía que me alejara, que corriera, que escapara, antes que todo explotara porque entonces la situación se pondría peor, yo me pondría peor …

Finalmente pasó. No hice caso, omití esa voz, ignoré mi intuición y terminé por sumergirme en ese mar de tristeza en el que me hundo habitualmente, solo que esta vez el agua estaba más densa, tanto que llegué a pensar que no saldría de allí.

Después de un montón de crisis, madrugadas de llanto, días en los que prefería no salir de la cama, no verme en el espejo para no seguir refregando mi autoestima contra el suelo hasta sangrar. Tuve que optar por salvarme, por ponerme vendas en cada una de las heridas e intentar renacer. Volver a la vida, a pesar del miedo a las caídas.

Hoy solo me queda el cansancio de intentar entregar cosas a destiempo, el mal sabor de unos besos que ya no anhelaban mis labios, un millón de preguntas que no tendrán respuesta y el miedo que me invade al tener que encontrarte un día por la calle y no saber cómo reaccionar.

Espero no verte en mucho tiempo, muchos años, muchas vidas, deseo que el destino no me juegue malas pasadas, que mi subconsciente no te invoque un día cualquiera por alguna calle de esta enorme ciudad … confío nunca más coincidir contigo.

Gracias por fingir. Admiro tu talento histriónico … Te llevas el Oscar al mejor actor del 2019.

Fotografía por Martin Canova