es difícil saber que hacer con los antojos repentinos, a estar contigo, a percibir el olor que tu cuerpo desprende sobre todo lo que tocas, a querer besarte por que sí, a que me quites la ropa de las fotos que te mando, a darte una probadita con la cuchara del postre de aquél restaurante que acabo de descubrir, saber que no puedo llamarte en la noches de calor para que vayas a mí y nos apaguemos juntos.
todos los antojos los provocas tú, por todo lo que eres, por todo lo que podríamos ser.
es difícil que vivas en tantos lugares en mí pero a la vez solo te tengo en el mundo material a través de memes románticos, llamadas perdidas y notas de voz.
no estoy hecha para calmar mis propias ganas, esas ganas tanto carnales como las que surgen en los sueños más románticos de alguien que excede de la lectura “romance”
yo no sé que hacer con las doscientas maneras en las que me he imaginado dándote un beso, en cúan afortunada es la gente que camina tan cerca de ti que te podría tocarte, estar al pendiente del maldito celular pensando en todas las actividades interesantes que estas haciendo lejos de mí.
prefiero no tener algo que te queme por dentro, que te haga anhelar estar siempre en otra ubicación del mapa, que me impida disfrutar del momento por que solo miro al cielo, sabiendo que al menos es lo mismo que vez tú donde estas.
no es que no te quiera, es que no te puedo querer así.
Fotografía: Georgia Ponirakou
Veo vídeos del país en donde voy a vivir. Canto Joan Sebastian mientras bailo como Nathy Peluso y tomo como Jenni Rivera. Cuando estoy aburrida escogo a alguien del lugar en el que este para imaginarme como me lo ligaría y trato de adivinar que tan bueno es en la cama.