He pensado en ti.
No sé cuánto ni desde cuándo, pero he pensado en ti.
He pensado en todas las veces que dijiste “me vas a extrañar” mientras rechinabas los dientes, entrecerrabas los ojos y me mirabas como si yo en realidad fuera incapaz de sentir el vacío constante si me dejaras sin tu presencia.
Ahora sé que tenías razón, bueno, nunca lo dudé.
Siempre supe que podría ser una realidad y mírame ahora que he pensado en ti: te vuelvo a extrañar.
Como aquella vez que te fuiste y tardaste en avisar. No dijiste cuando, ni cuánto iba a durar, pero recuerdo que esperé, esperé y volví a esperar.
Ahora que lo pienso, algo me decía que te irías de nuevo y yo seguiría aquí esperando a que decidas regresar.
Qué gracioso el destino y qué atinadas nuestras predicciones, ¿no lo crees? Porque en efecto, te extraño, te volviste a ir y te sigo esperando.
