Fragmentos que suenan: Gracias por venir

Hace ya un año casi que fui al sur, a tres horas más tarde de mi tiempo diario, se podría decir, que dónde a pesar de escuchar diversa música distinta, pero con un lazo familiar que hacia regresar a aquél hueco de paz, mientras caminaba por calles ajenas a mi cotidianidad escuchaba un acento distinto el “shyyyo” para uno mismo, vos para ti y sos de eres.

Así esa marca sonora se extendía a distintas palabras, modismos, y expresiones personales, cotidianamente reconocidas por ellos, como tomar un colectivo, decirle  ananá a la piña, o escuchar los sorbos del mate en diversos momentos del día, aún así para mi las dudas resonaban, mi acento diferente sonaba en sus oídos, por eso una pregunta recurrente se escuchaba hacía los míos casi siempre:

-¿De dónde sos?.

Esa curiosidad se presentaba cada vez que yo me acercaba más personalmente, como si hablar para ellos fuera un timbre de puerta distinto, un “din dong” menos cantado, como sus palabras o su termino al decir chao. Entre muchas cosas el sonido es distinto pero tiene una calidez con sabor a nostalgia. Una canción de Gustavo Cerati, me trae a casa en un suspiro, “Graciaaaas por veniiiiir, Graciaaaaas porrrr veniiiiiir”. Sí, inevitablemente estaba en un lugar en que alguna vez el camino con sus pasos apurados o calmados, todo depende del volumen claro, de su calzado, era interesante que no me remitiera a él, o a la ciudad en si misma, si no al coche de mi mamá, canturreando esa misma voz que yo escuchaba en la otra punta del continente, Gracias por veniiiiiiiiiiir. Como Gustavo canta, mi cabeza canta, mi mamá canta y por lo tanto Buenos Aires también resuena.

Al tener un alcance del regreso de la travesía más sonora, de acentos italianos cantados latinoamericanls con el peculiar “yyyya fue”, esos sonidos de habla se marcaron más en mi cabeza, tanto que había tomado (y a la fecha) modos de decir las cosas, esa hibridación de lenguaje sin dejar el eres, se había quedado en mi mientras la caminata se hacia cada vez más lenta, melancólica, paso… Paso… Paso…Fue.

-¡Ré melancólico!. (Está en tono D con acento, si se le deja un eco, funciona mejor, un largo desvanecer en el aire con un volumen casi tan lejano como una estrella).

Una despedida de “Chao, cuando vengás de nuevo”… Un suspiro más laaaargoooooo.

Al estar en el vuelo y tener mis audífonos en mi propio silencio y resonancia de instantes, en el último  de camino hacia casa, resuena la voz de Gustavo Cerati:

“Graciaaaaaas por veniiiiiiiiiiiiiiiiiir”.

Fotografía por Martin Canova