Un segundo, te siento.
Dos segundos, me sientes.
Tres segundos, ¿dónde estás?
Cuatro segundos, ¿te has ido?
Cinco segundos, vuelve.
Deja de ser tan efímero.
Ven.
Te escucho decir que si me amas,
Me desconcierta saber que si me necesitas.
En cada beso si te satisfago.
Cada toque sobre tu piel si electriza tu cuerpo.
Me besas la frente, si soy tuya.
Entrelazas tus dedos con los míos, si eres mío.
Me miras con tus grandes orbes color chocolate amargo y pronuncias con voz acaramelada pero segura; si me quedo.
Seis segundos, me besas.
Siete segundos, te beso.
Cállate.
Deja de contar, aprietas mi mano con fuerza.
Disfrútame, disfrutémonos.
Fotografía: mosthvost
No hay nada dentro de ti que no sea un claro ejemplo de la de belleza dentro del caos.