Guanajuato septiembre 2018.

Querida :
He estado aquí pensando en todas las cosas por las que quiero disculparme, por todo el dolor que nos causamos mutuamente, de todo por lo que te culpe , todo lo que necesitaba que fueras o dijeras. Por los días nublados donde nuestro dolor era tan grande que moríamos estando con vida, quiero disculparme por qué la ausencia de amor estuvo presente desde el primer día en que nos conocimos y aún así seguimos, sin darnos cuenta.
Te escribo esto siendo lo último que ponga sobre una hoja de papel por qué ya no lo haré más, Lucia, ya no te escribiré más por qué no obtengo respuesta alguna, por qué he sufrido un grandísimo golpe de realidad y es muy molesto insistirle a alguien que no responde.
Lucy, siempre te querré, por que crecimos juntos y me ayudaste a ser quien soy, solo quería que supieras que siempre habrá una parte de ti dentro de mi y estoy agradecido por eso. Ahora mismo pienso que podría estar a tu lado disfrutando de este atardecer que veo por la ventana, disfrutando de aquellas pequeñas cosas que nos da la vida
He estado trabajando demasiado, me ha ido muy bien en la universidad nunca creí crecer tanto con un grupo de jóvenes, me han enseñado bastante así como yo les he enseñado. Aún así lucí tú recuerdo pesa, extraño verte sonreír o por lo menos, escuchar tu voz diciéndome las cosas que nunca hice.
Me acuerdo que alguna vez me dijiste: “no tenemos que sufrir de amor por qué el amor es el tiempo y el tiempo pasa rápido”. Lo dijiste varias veces, en ese momento creí que era alguien diálogo de alguna película de esas aburridas que tanto te gustan. Ahora, lo entiendo todo. Tu eres el tiempo y el tiempo pasa y olvida.
He pensado que no me escribes por qué tienes mucho trabajo por qué tú arte estaba creciendo como la espuma y te llegaban demasiadas ofertas. En ocasiones también pienso que no lo haces por qué te da miedo a quererme. He pensado mucho esto y creo que el amor es demasiado malo, creo que tú nunca visualizaste una vida a mi lado. Te conocí en un café y fue amor a primera vista, desde que entre te vi, interesante, independiente, inigualable, diferente a lo que siempre había visto, vi tus ojos, tú boca y esa sonrisa tan natural que dabas cada que leías tu libro, ese libro que ahora está a mi lado.
Parece que ha transcurrido una eternidad desde la última vez que te escribí y pensé en ti, Lucia. No había querido escribirte por qué se lo difícil que es recordar a ese gran amor, sé que es demasiado difícil callar lo que aún siento por ti. No podría parar de decirte lo que alberga mi corazón, cosas que ahora se que son inútiles.
Te escribo de nuevo para darte las gracias por todo bueno que pase a tu lado, por todas esas ideas que compartimos juntos y que ahora son un olvido.
Cuando te fuiste Lucia, pensé que regresarías tenía esa maldita ilusión que se ha extinguido poco a poco. Pensé que lo nuestro era tan firme que podría con todo, aún no entiendo cómo es que de la noche a la mañana podemos pasar de ser los seres humanos que más se aman a unos completos desconocidos. Pero aún así te amo y este amor jamás acabará.
Me duele pensar que no fui lo suficientemente importante como para estar en tu mente, para ser parte, ahora, de tú memoria. Solías admirar lo que hacía, solías ser mi más grande inspiración.
Ahora, luci es inútil pedirte que me escribas, sin embargo deberías de hacerlo, sobre todo contesta está última carta sin darme muchas explicaciones, solo quiero saber el por qué de las cosas. Por qué ahora sí, has dejado que pase el tiempo.

Te quiere.
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Fotografía por Patrick Liebach