Me siento tan derrotada,
ya perdí las agallas,
y las ganas…
(Lee esto)
¡Te perdí las ganas!
Y nada me hace más triste
que dejarte ir,
porque significa que lo sé,
que ya no fingiré
que quieres estar conmigo.
Ni gritaré orgullosa que me amas,
porque sé perder.
Mis mentiras ocultaron caras tristes
y mis sonrisas una muerte lenta.
Mis aplausos fingieron distracción
y los pequeños triunfos mi agonía.
Me siento tan pobre ahora,
¿A cuánto las batallas?
Que me alcance para no llorar.
¿A cuánto tu última caricia?
Que me alcance para sobrevivir,
sin ti.
Fotografía por Isa Gelb
Ciudad de México, 1994. Ha sido reportera de temas políticos, sociales y anticorrupción en El Universal y en La Silla Rota. Estudia lingüística en la UNAM. Escribe, escribe y escribe.