Me busqué en la habitación contigua
a la vida; un poco antes de la muerte.
Exhiliarla nunca fue una verdadera opción,
uno sabe que siempre regresa.
La muerte no muere, vive; matar le da
vitalidad.
Se esconde tras la puerta de la esperanza,
lucha contra la vida, victoriosa.
Es la reina de los mil disfraces: cáncer,
neumonía, sida, cólera y más.
Es la omnipotente, de la que nadie escapa;
mano derecha de Dios, amiga de los verdugos.
En el abrazo mutuo y su manto asfixiante
todo habrá acabado.
En el juicio final, desterrados de la vida,
avanzamos sin saber a dónde iremos.
El paraíso o el infierno, nada importa
si el final es el mismo.
Muerte, ven y líbranos de todo mal.
Fotografía por TolikTolik TolikTolik
Soy un pensamiento inquebrantable.