[…] y siempre llego a lo mismo: no podía haber sido de otra forma.
Lo que ha pasado y lo que pasará,
seguirá estando en su lugar,
y yo creo que hemos actuado correctamente.
Ha pasado un tiempo desde que ya no estamos juntos. Y aunque fue hace relativamente poco, yo lo siento como una eternidad.
Debo confesarte algo —quizás es mi memoria, que siempre te dije que era mala para recordar momentos, o tal vez es mi necesidad intrínseca de no sentir dolor— pero he ido olvidando cosas.
Por más que quiero, no puedo recordar el último beso ni el último abrazo. Ya no recuerdo varias conversaciones ni el porqué de varias discusiones.
¿Realmente pasaron todos estos últimos seis meses?
¿Realmente me enamoré en aquella época?
A veces pienso que no.
¿Será la respuesta de mi mente ante el trauma sufrido, ante el llanto?
¿Por qué recuerdo cuando no podía respirar, los ataques de ansiedad, leer los libros que me regalaron (los libros que sabían que me calmarían), pero no recuerdo esos momentos contigo?
Aquí, una de las páginas del libro:
“[…] You just want someone who doesn’t play games, who doesn’t keep you in the dark and hide you.
You just want someone genuine, someone, who isn’t out to use you […].
That someone will be lucky to have found you.”
Y bueno, sí, he llorado océanos. Me ha faltado el aire múltiples veces.
El miedo, la incertidumbre, la tristeza y el enojo me han invadido también.
No recuerdo todos los días vividos de esa manera, pero a veces tengo la sensación de que sucederá de nuevo, y el miedo me invade.
Ahí sé que fue real.
Mi galería está llena de imágenes relacionadas, graciosamente, con lo que viví. Por alguna razón, el algoritmo le atinaba a lo que sentía.
¿Quieres que te confiese otra cosa?
Escribí para ti y a ti múltiples veces, en un espacio aparte. Me imaginaba que eras tú quien recibía esos mensajes, cuando en realidad nadie los recibía. Era un intento por sacar el amor que me quedaba guardado.
Tiempo después, simplemente dejé de usar ese espacio. Le puse la leyenda closed y no escribí más. La misma leyenda la puse en tu playlist (la que jamás escuchaste), un tiempo después.
La vida se fue calmando tras eso, sumado a que ya no te vería más.
Porque aquí va mi confesión número tres: después de aquello, lloraba todos los días que te veía.
Detestaba que, de 7 a.m. a 5 p.m., trabajaba, y luego, después de las 5 p.m. tenía memorias de los lugares a los que te acompañé.
Memorias que solo hacían que te extrañara más.
Y cada vez que te veía, sufría por las tardes y lloraba de regreso a casa.
And there was something ‘bout you that now I can’t remember
It’s the same damn thing that made my heart surrender
And I miss you on a train, I miss you in the morning
I never know what to think about
I think about you
Sabes, hay cosas que no creo que vaya a olvidar: la emoción de encontrarme contigo después del trabajo, el cariño que sentía al ver algo que pensaba que te gustaría y lo colocaba para ti.
No olvido el estremecimiento cada vez que me besabas, ni la sensación de confort, seguridad, dicha y alegría cada vez que me abrazabas.
En esos momentos, mi mente se vaciaba de los problemas mundanos y comenzaba la magia.
Podré olvidar momentos, pero recuerdo las sensaciones, las palpitaciones, el sentimiento.
Aún lo percibo. A veces lo anhelo. A veces lo extraño.
Desgraciadamente, ahora también relaciono muchos momentos contigo con ataques de ansiedad, miedo, inseguridad e incertidumbre.
Lloré tanto que no sabía cómo calmarlo.
A veces solo me dolía el pecho, y las lágrimas no salían.
Te imaginaba con alguien más, y luego recordaba la crueldad que sentí de tu parte, el desinterés, la falta de empatía.
Los fatídicos días de agosto y septiembre… esos no quisiera recordarlos, pero se han quedado grabados, como la portada de un libro que spoilea el giro oscuro de la historia.
El plot twist.
Y es que de alguna manera tú lo sabías. Yo también lo sabía.
No estábamos destinados a ser ni a estar.
Tu historia, tus heridas, tus issues.
Demasiado riesgo. Casi nada a nuestro favor.
Que lo nuestro había acabado
De no haberme percatado
Soy culpable del pecado
Horas después de haber empezado
Mas hoy me siento diferente
Pues encontré a alguien más […]
Te mereces un último tema
Te adoraba aunque a mi alma metiste en problemas
Mereces que te cante
Que fue un gusto amarte.
El tiempo no se detuvo. Todo cambió. Literalmente.
Y ahora va mi confesión número cuatro:
Un día pasó algo extraño. Me gustó alguien más.
Cuando lo vi, supe que me gustaba. Y graciosamente, él también me vio.
El destino nos permitió hablar, y de repente, supe su comida favorita sin preguntarle. La conversación fluyó.
Él también supo la mía.
Supimos de dónde éramos, dónde vivíamos, nuestros gustos musicales.
Me reí mucho. Tenía tiempo sin reírme así.
Todo fue natural, sin forzar nada. Genuino. Estaba bien.
Hubo semanas en que lo veía y el mundo parecía distinto. Tú ya no estabas en mi cabeza.
Me emocioné de nuevo.
No lo negaré: estaba confundida. Pero dejé ese pensamiento a un lado y I went with the flow.
Mi mente estaba en calma. Había magia otra vez.
Pensaba en él.
Sin embargo, la frase “un clavo saca a otro clavo” no es para mí. Tampoco era justo para él.
Así que lo solté.
Hoy es especial para mí, porque gracias a él, también te solté a ti.
And I can see us twisted in bedsheets
August sipped away like a bottle of wine
‘Cause you were never mine […]
Las últimas semanas en ese lugar ya no lloraba.
La felicidad empezaba a regresar.
Ya no pensaba en ti.
Pero un día, sin buscarlo, alguien mencionó algo tuyo.
Una noticia que no debía saber.
Yo ni siquiera pregunté.
Solo me lo dijeron.
Era algo que te perjudicaba.
Y aunque todos piensen lo contrario, jamás te odié. Jamás lo haré.
Mi último mensaje deseándote lo mejor sigue siendo de las cosas más puras que he escrito.
Aún me caen mal las personas que te caen mal.
Aún no tolero a quienes te hicieron daño.
Esa tarde lloré. Pensándote.
Pensando que, quizá, si hubiéramos estado juntos, las cosas habrían sido distintas.
Quise abrazarte. Decirte que todo iba a estar bien.
Pensé en qué podríamos hacer para que el rumbo fuera distinto.
Quise reconfortarte.
Estaba triste, aunque supiera que tú nunca te sentiste triste cuando yo estuve mal.
Afortunadamente, ese sentimiento duró solo un día.
Al día siguiente, volví a la realidad.
I think I’ve seen this film before
And I didn’t like the ending
You’re not my homeland anymore
So what am I defending now?
Después de eso, te vi algunas veces más.
Ya no hubo nada.
Yo no esperaba nada.
Tú eras un espectro.
Una persona más.
Notaba tu incomodidad.
Y, a veces, me alegraba que no estuvieras ahí, porque era libre.
But Darling,
We can’t force people to choose us.
Confesión número cinco:
Uno de los últimos días, llegué y el lugar estaba vacío.
Podía sentarme donde quisiera.
Y sin pensarlo, me senté a tu lado, donde siempre lo hacía.
Ahí supe que, después de todo, ese seguía siendo mi lugar.
Mi zona de confort.
Mi refugio.
We can’t be friends
But I’d like to just pretend
You cling to your papers and pens
Wait until you like me again
Wait for your love
Love, I’ll wait for your love
Faltaba una última cosa.
Un último gesto.
Tú sabes lo que contenía.
Compré una caja días antes. En otras circunstancias, la habría decorado, escrito palabras bonitas, tal vez pegado una canción que te gustara.
Pero no quería que pensaras que había una intención oculta.
Solo le puse tu nombre.
En el interior, con un plumón muy bajito, escribí: “De: Gelos”.
Me dio miedo que no supieras que era mío, aunque lo que contenía no era algo que cualquiera supiera de ti.
Acomodé todo con cariño.
La última parte de cariño que sabía que recibirías.
“Las cosas que empiezan con amor se deben terminar con amor”, se repetía en mi mente.
No sabía cuándo la entregaría, pero quería que la tuvieras.
Cada objeto fue pensado para ti.
Agregué una nota y cerré la caja.
Muy simple.
No quería que creyeras que era un intento por volver.
Solo quería que tuvieras eso.
La metí en una bolsa de supermercado, para que nadie notara que había algo especial.
Fui a dejarla a las 5 a.m. un día, cuando nadie me veía.
Saludé a unas cuantas personas.
Lloré al lugar.
Vi las luces, las mesas, los recuerdos.
No podía creer que no volvería.
Ese día hubo una fiesta por la tarde.
Confié la entrega a alguien inesperado.
No tenía contexto, solo la tarea.
Aceptó.
Estuve nerviosa.
Cualquiera fuera tu reacción, ya nada me podía sorprender.
De pronto, un mensaje:
“Listooo, fue entregadooo; repito, el paquete fue entregadooo, cambio”.
Mi respiración se detuvo un instante.
Agradecí.
Pregunté si todo había salido bien.
La respuesta fue positiva.
Respiré.
Ahí se cerró el ciclo.
Todo estaba completo.
Sonreí, grité, canté, bailé.
Vi al chico que me ayudó a soltarte.
Lo saludé. Lo miré de lejos.
Ese día, por fin, fui feliz.
(Fly away, fly away)
(There’s a wonderland)
(Fly away)
(Fly into the sky)
El recuento ahora es este:
Di todo de mí.
Sí, la regué.
Pero cuando lo hice, pedí disculpas.
He aprendido.
Sé lo que no volveré a hacer.
Y también sé lo que no volveré a tolerar.
No aceptaré migajas.
No volveré a sentirme insegura por lo que no puedo controlar.
Hoy me amo más.
Sé que es tarde
Resérvame ese baile
Porque no hace falta decirse nada
Ven conmigo a bailar […]
Déjate llevar
Abrázame y ya está
Sin que digas nada
Se lee en tu mirada
Es probable que nunca te vuelva a ver.
Pero que sepas que te quise muchísimo.
Las cosas no siempre salen como uno quiere.
Y está bien.
No fuimos ni seremos.
Y está bien.
It will take a while
To make you smile
Somewhere in these eyes
I’m on your side
You wide-eyed girls
You get it right
Fall back into place
Fall back into place
Tender is the night
For a broken heart
Who will dry your eyes
When it falls apart?
What makes this fragile world go ‘round?
Were you ever lost?
Was she ever found?
Somewhere in these eyes
Fall back into place
Fall back into place
Fall back into place
<3

Ama la música y la ciencia más que todo. No se enamora fácil, le cuesta, le han roto el corazón algunas veces. Escribe para mitigar sus sentimientos mundanos, ahora trata de ser inmune a ellos, ¿lo conseguirá? Lo dudo, pero sería bueno averiguarlo.