Besarte a la antigua

Me cuesta trabajo respirar cuándo estoy a tu lado, me cuesta contener la respiración cuándo me hablas, pues para mí esto es un reto.

Pero, ¿Por qué esto es un reto?, me respondió con aquellos ojos color marrón, tan expresivos cómo siempre, tan tiernos cómo los cisnes y con su agradable sonrisa que ilumina el día.
Porqué te han puesto huella, porqué te han tomado cómo trofeo, y te han llevado de mí vida.
Ya apenas te miro, y cuándo lo hago siempre estás con ella, me carcomen los celos porque yo te vi primero, pero jamás fui de tu agrado, sin embargo tenía yo la esperanza, te sentía mío por el simple hecho de verte primero.
Me cuesta trabajo respirar cuándo estoy a tu lado porqué es raro que no estés con ella, y a pesar del tiempo sigues dentro de mis pensamientos, sigues dentro de mi corazón, sigues en constante en movimiento adentro de mi cuerpo convertido en aquella mariposa que revolota en mi vientre.
Me cuesta la respiración cuándo estoy a tu lado, porque no me siento capaz de contener las ganas de abrazarte y besarte lentamente, sentir cómo se acelera tu corazón y el mío al mismo tiempo, cómo tus manos se ponen cálidas al tocar las mías.
Besarte sin precarias, besarte sin llevarte a más, tan sólo acariciar tus mejillas y tus brazos una y otra vez.
Besarte cómo si el mundo fuese acabar dentro de poco y fuese nuestro último beso, darte mi vida en ese beso dónde no hay necesidad de quitarse la ropa, pues en él va adentro todo el amor que he contenido en mi.
Porque adentro de ese beso pondría el amor, la pasión, las caricias que se hacen al hacer el amor, te besaría cómo ya no se besa ahora, te besaría cómo en película de blanco y negro, te besaría a la antigua.

Fotografía por Amanda Aura