En otra época, pensaba en él, en todos. Ahora ya no pienso en nadie; ni siquiera me cuido de buscar palabras. La cosa se desliza en mí más o menos rápido; no fijo nada, la dejo correr. La mayor parte del tiempo, al no unirse a palabras, mis pensamientos quedan en nieblas. Dibujan formas vagas y agradables, se esfuman; en seguida los olvido.
El que vive solo ni siquiera sabe qué es contar; lo creíble desaparece al mismo tiempo que los amigos. También deja correr los hechos; ve surgir bruscamente personas que hablan y se van; se sumerge en historias sin pies ni cabeza; sería un detestable testigo. Pero, en compensación, no pasa por alto todo lo increíble.
Fotografía por Jocelyn Catterson
Nunca seré la calma al final del día. Too smart to worry and too cute to care. This is Is. Mientras tanto, yo que sé.